El Hipocampo, llamado también Caballito de Mar
El nombre hippocampus se origina del vocablo griego y parte de la unión de los términos hippo, ‘caballo’ y kampos, ‘monstruo marino’.
La forma de su cabeza recuerda de forma inmediata a los caballos, de allí deriva su nombre. Es un pez teleósteos (esqueleto óseo), pues su cuerpo está dividido en segmentos y protegido por placas óseas muy firmes que lo ayudan a mantenerse erguido, su cola es de utilidad esencial para nadar y sujetarse.
Pertenece a la familia de los Syngnathidae, la cual tiene la particularidad única en la que las hembras ponen sus huevos en una cavidad del pecho del macho y luego éste los fecunda y los incuba, procreando hasta cuatrocientas crías por incubación.
Su origen data de al menos cuarenta millones de años, con una variante de 32 especies aproximadamente, distribuidas en los océanos.
Varían además en tamaño desde 18 mm hasta 30 cm, y color según su rama familiar, estas especies pueden inclusive mimetizarse para escapar de sus depredadores.
En el océano Mediterráneo, es muy común encontrarlos, se adaptan muy bien en aguas marinas templadas como las zonas Indopacífica y Atlántida. Viven en un habitat de manglares, algas y corales.
Su naturaleza es fascinante, hasta el momento se ha investigado que su longevidad puede ser hasta 5 años, siendo monógamos, viven en pareja comprometidamente hasta el final de sus días.
Se apoyan el uno al otro durante todo su tiempo de vida desde que forman pareja, si en algún caso hay pérdida, tardan mucho en volver a tener otra pareja o en algunas especies no tienen otra.
Cuando se fecundan, el embarazo dura entre 10 días a 6 semanas. Una vez nacida la cría son totalmente independientes pudiendo desenvolverse solos sin ayuda de sus padres.
Actualmente corren el riesgo de desaparecer del mar debido a la demanda comercial que estos tienen ya que le suponen extraordinarias propiedades curativas contra el cáncer, la impotencia, la incontinencia y otros supuestos beneficios a los humanos.
A parte de esto algunas personas le dan una utilidad mística o superticiosa que también contribuye a su indiscriminada caza.