Historia del papel higiénico

El papel higiénico ha sido uno de los inventos más necesarios en la historia de la humanidad, y aunque parezca increíble, no es tan antiguo como podría imaginarse.

Cronología origen del papel higiénico

Este indispensable artículo comenzó a ser utilizado por los chinos, en el siglo VI, pero el rollo moderno fue inventado en 1850, cuando Joseph Gayetty produjo un papel medicado al que llamó “papel higiénico terapéutico”, que en realidad se trataba de hojas de papel especial de baño, que incluía humectante, y muy costoso para la época.
Hasta ese momento, la limpieza se hacía con lana de ovejas, hojas de plantas y pedazos de tela.
En la antigua Roma se practicaba la limpieza que hoy se asocia con el uso del papel, mediante una esponja amarrada a un palo y sumergida en un tobo de agua salada que estaba a disposición en los baños públicos.
Luego en 1391, emperadores chinos ordenaron que se fabricaran hojas especiales para el baño, de 0,5 x 0,9 metros de longitud.
Ya en el siglo XVIII, los colonos norteamericanos prefirieron utilizar las mazorcas de maíz. En algunas islas se usaron las cortezas de coco.
En zonas rurales se utilizaban las hojas de los libros y revistas. Cuando los periódicos se acumulaban en la sala de la casa, a principios del siglo XVIII, pronto pasaron a emplearse en el baño.
Luego en 1867, los hermanos estadounidenses, de apellido Scott, popularizaron en Estados Unidos, el uso del papel higiénico, al ofrecer el producto en pequeños rollos.
En 1932, debido a la crisis económica, los fabricantes se ven en la necesidad de introducir en el mercado un papel higiénico marca Charmin mucho más económico.
El gran reto para los fabricantes del papel higiénico fue por largo tiempo, el lograr una fibra más suave al tacto. Es entonces en 1942, cuando la empresa St Andrew, en el Reino Unido, introduce el papel de doble hoja, lo cual fue un avance notable.
En 1999, inventores japoneses dieron un paso más allá con la fabricación del «inodoro sin papel«, un aparato que lava, enjuaga y seca las partes del usuario automáticamente, sin embargo, aun hoy, no le quita su puesto de “artículo de primera necesidad” al papel higiénico.