El vino y las copas
En el fino mundo de la viticultura, así como existe variedad de vinos, también hay distintos tipos de copas adecuadas para cada tipo de vino.
Si el vino no se sirve en la copa que le corresponde, se corre el riesgo de no poder disfrutar de su potencial. Se debe tomar en cuenta que el vino pasa por una evolución después de abierto, y si se sirve en la copa adecuada, su calidad se podrá apreciar mejor.
En todas las copas de vino, el diámetro de su parte superior debe ir disminuyendo, lo cual posibilita a la bebida desplegar sus aromas. Deben ser de cristal liso y transparente para poder apreciar su cuerpo y color.
Tipos de copas para vinos
- Copas de vino tinto o tulipa: las copas para este tipo de vino, están hechas para retener el aroma. Tiene forma de tulipán. Presenta un ligero alargamiento y una forma esférica. Su capacidad es de 200 cc, aproximadamente, y debe servirse hasta 2 tercios de su capacidad, justo en la línea donde el vidrio comienza a hacerse más estrecho.
- Copas para vino blanco: estas copas deben tener una base más ancha que las de vino tinto y no son tan altas. La boca debe ser más amplia para que los aromas se expandan. Debe servirse menos de la mitad y a una temperatura de 6°C.
- Copas de cata: son las ideales para beber vino y disfrutar todas sus sensaciones. Tiene una capacidad de 215 cc y cuenta con una boca más amplia que deja introducir los labios y la nariz al mismo tiempo.
- Copa para champaña: también se conoce como copa flauta. Es estrecha y alargada, que aumenta su anchura levemente hacia la boca. Esa forma facilita la ascensión de las burbujas. Tiene una capacidad de 110 cc.
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