El oso frontino, llamado también oso sudamericano

El oso frontino, llamado también oso sudamericano

Es un hermoso ejemplar de oso que habita en las áreas montañosas de la cordillera andina de Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y parte del sudeste de Panamá y al norte de Argentina.

Es el único representante de la familia ursidae que habita en América del Sur.

En Venezuela el oso frontino llegó a distribuirse hasta las zonas altas de Guayana, incluyendo el tramo oriental de la Cordillera de la costa de Anzoátegui y Sucre. En la actualidad se le puede ver en la Cordillera andina y en la Sierra de Perijá, con una población muy escasa, dada la drástica reducción de los espacios silvestres que necesitan para vivir.

Este ejemplar de la fauna animal alcanza más de 1,5 metros de altura y pesa unos 140 kilos, siendo la hembra un poco más pequeña que el macho.

Su pelaje es de color negro, aunque también se conocen con tonalidades más claras. Las manchas blancas en el área de los ojos, hocico y el pecho son características comunes en ellos.

Se alimenta casi exclusivamente de vegetales que encuentra en su hábitat, es decir, en las selvas nubladas y tropicales húmedas donde predominan los grandes árboles cubiertos de musgos, bromelias, orquídeas, palmas y helechos.

Entre sus hábitos más resaltantes destaca su habilidad para trepar árboles, ya sea para alimentarse, dormir o huir de sus enemigos. Es un ermitaño que se junta con su especie durante el período de celo. Pueden procrear hasta tres oseznos por nacimiento.

Los osos frontinos pueden estar activos a cualquier hora del día. La dieta es muy variada y está compuesta básicamente por materia vegetal, aunque también se alimenta de insectos, aves y pequeños mamíferos.

El oso frontino es una especie en peligro de extinción, cuyo principal enemigo es el ser humano, quien lo ha cazado de forma indiscriminada y ha deteriorado su hábitat.

Según información del Ministerios de Ambiente y Recursos Naturales (MARN) actualmente no deben quedar más de 2.000 osos en el páramo venezolano. Aunque no existe ningún programa oficial de salvamento, organizaciones no gubernamentales están trabajando en proyectos educativos dirigidos a la población andina para detener su cacería.

La importancia para las organizaciones vinculadas a la conservación del mundo animal de tener estas especies en cautiverio, es que les permite tener más conocimientos sobre su modo de vida; pero, sin duda, lo más relevante debe ser preservar su medio ambiente para conseguir su supervivencia.

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