Deportes infantiles

Deportes infantiles

En los niños, la actividad física se canaliza a través de los deportes infantiles. Ellos deben ser quien decidan qué deporte quieren practicar para que sea una diversión y no una obligación.  Los padres pueden ayudarle a descubrir las ventajas e inconvenientes de las distintas opciones, y aconsejarles en función de sus habilidades y sus gustos.

Los niños atraviesan varias etapas de crecimiento, tanto psíquicas como físicas, por esto, como están formándose, es necesario que la práctica deportiva sea multifacética; esto significa que practiquen y entrenen en varias actividades y deportes, incluso simultáneamente, sin especializarse exageradamente en ninguno, por lo menos hasta que lleguen a la etapa de la pubertad.

Es importante recordar que depende de los padres el que los niños practiquen deporte y que se conviertan en personas activas para mantenerse saludables.

Se recomienda que todos los niños hagan una hora diaria de actividades físicas moderadas, ya sea continua o en periodos de 10 minutos.

Deportes recomendados para los niños

  • Judo y kárate: favorecen la coordinación de movimientos. Son actividades progresivas que se adaptan fácilmente a cada niño, por lo que se pueden empezar muy temprano, alrededor de los cuatro años.
  • Natación: mejora la coordinación y la resistencia,  y es muy aconsejable para corregir problemas posturales como la escoliosis. Otra ventaja es que puede iniciarse desde muy corta edad.
  • Ciclismo: es un deporte estupendo para compartir en familia y ofrece múltiples beneficios para los niños, tanto a nivel moto y mental.
  • Tenis: proporciona resistencia y potencia, a la vez que favorece la coordinación visomanual.
  • Deportes de equipo: el fútbol, el baloncesto o el balonmano, entre otros, además de tener beneficios físicos, le sirven al niño para relacionarse y aprender a cooperar en grupo.
  • Esquí: en el terreno físico, mejora el equilibrio y fortalece la musculatura. Pone al niño en contacto con la naturaleza y puede practicarse en familia.
  • Piragüismo: requiere de gran resistencia física, por lo que está indicado para niños ya acostumbrados a la actividad física, a partir de los 10 o 12 años.
  • Gimnasia rítmica: es un deporte progresivo que favorece, sobre todo, la flexibilidad, pero debe practicarse de manera moderada, ya que su exceso puede tener consecuencias indeseadas sobre un cuerpo que está aún en desarrollo.
  • Patinaje: desarrolla el equilibrio y la coordinación de movimientos. Es un buen ejercicio aeróbico y divertido. 
  • Equitación: es un deporte que permite desarrollar la musculatura, principalmente de las piernas y los gluteos, mejorar la coordinación motriz, el equilibrio y el sentido de la orientación. Además consigue que el niño adquiera valores fundamentales como el respeto o la responsabilidad.
  • Esgrima: es una disciplina muy completa que la pueden practicar los niños a partir de los 5 años. Con las precauciones adecuadas, no es peligroso aunque sea de contacto, y favorece el desarrollo psicomotor, el intelecto y la capacidad de razonar y tomar decisiones rápidas.

¿Qué aporta la práctica del deporte al niño?

  • Es bueno para la forma física: coordinación de movimientos, mayor resistencia y prevención de la obesidad.
  • Mejora la autoestima: más seguro de sí mismo y aumentando su tenacidad para alcanzar una meta deseada. También le ayuda a aceptar sus limitaciones.
  • Ayuda a su socialización: le enseñan a cooperar en grupo para alcanzar una meta común.
  • Se convierte en una afición: que le ayuda a llenar gran parte de su tiempo de ocio de una forma sana, lo que es importante de cara a la adolescencia para prevenir el acercamiento a las drogas y la bebida o, simplemente, el abuso de prácticas sedentarias como ver la televisión o jugar con los videojuegos.

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