Cómo ser buena madre y esposa a la vez
La mujer que es madre y esposa hoy en día, se enfrenta a muchos retos, pues además de encargarse de la crianza de sus hijos y llevar riendas del hogar, también tiene que trabajar, e incluso estudiar.
La labor de la madre es de suma importancia, porque sobre sus hombros lleva mayor responsabilidad en del desarrollo emocional de sus hijos, la armonía en el hogar, y la organización de la casa.
Aunque la mujer tiene la capacidad de manejar varios asuntos a la vez, para poder tener éxito en los retos que le impone la sociedad, el apoyo de su pareja es esencial.
Consejos para ser madres y esposas exitosas
- La primera clave para ser buena madre y esposa, es el amor y la paciencia, y, en este punto, es necesario resaltar que debes amarte y cuidarte a ti misma primero, para poder brindar amor y atención a tus hijos y a tu esposo.
- Expresa tus sentimientos sin alterarte. Si sientes que tienes mucha presión, habla con tu pareja para que entre ambos encuentren la manera de equilibrar las cargas.
- Involucra a tus hijos desde pequeños en las tareas del hogar. Además de obtener ayuda, les estarás enseñando a ser independientes. Diversos estudios indican que los niños y adolescentes que ayudan en casa, tienden a tener una autoestima alta.
- Enseña a tus hijos a que sean responsables con sus tareas escolares. Explícales que esto te ayudará a estar más tiempo con ellos jugando, en vez de estar persiguiéndolos para que hagan sus deberes.
- Establece horarios para las labores del hogar, tareas y tiempo para disfrutar en familia, como ver una película o juegos de mesa en los que todos participen. Este tiempo de disfrute crea lazos afectivos fuertes.
- Da buen ejemplo. Una buena madre cree en el respeto mutuo y lo estimula en la educación de sus hijos. Fija normas realistas y no teme ponerles límites para formarlos. Sabe que en algunos momentos van a sufrir y que es parte de su crecimiento, no les exige perfección; los felicita cuando hacen las cosas bien y los hace caer en cuenta de sus errores, sin utilizar el castigo físico. Admite sus propias fallas y las tiene en cuenta para tratar de corregirlas.
- Sé flexible para cambiar tu punto de vista cuando surjan conflictos. Responde a cada desafío de manera positiva.
- Saca tiempo para compartir con tu esposo cada dos semanas. Pídele a tu madre, un familiar o una amistad de confianza, que cuide tus hijos para que puedan disfrutar de una salida solos.
- No pierdas esos detalles románticos que tenías con tu esposo al incio del matrimonio. Mímalo de vez en cuando y demuéstrale que sigue siendo el amor de tu vida. Sé creativa y renueva el amor cada día con pequeños gestos.Trata de llevar una dieta saludable para toda la familia y que todos practiquen ejercicio. Una vida sana se traduce en bienestar físico y emocional para todos.
Ser mamá de hijas o hijos pequeños es una labor temporal. No es una tarea para toda la vida. Finalmente los hijos crecerán y formarán sus propias familias y será muy gratificante para ti, ver a tus hijos convertirse en adultos responsables y saludables, física y emocionalmente, gracias tus cuidados. ¡El esfuerzo vale la pena!